Hay apartamentos que no necesitan metros, sino alma. Rincones donde todo está pensado con cariño, donde la luz entra en silencio y las cosas tienen el tamaño justo para vivir bien. En Yerbabuena Decoración creemos que los hogares pequeños son los que más enseñan sobre el arte de habitar.
En un pequeño refugio de montaña, cada decisión importa: la elección del color, el uso de la luz, la proporción de los muebles. Los espacios reducidos nos obligan a ser creativos y a entender que el verdadero lujo está en la armonía, no en la abundancia.
Un sofá cómodo con una manta tejida, una lámpara de pie que ilumina un libro a media tarde, una mesa de madera que se convierte en escritorio… No se trata de tener más, sino de que cada cosa tenga un propósito y un alma.
Nos inspira ese estilo que combina líneas limpias y materiales nobles. Donde el orden no se impone, sino que fluye. Donde los colores neutros conviven con la calidez del lino, del roble, de las fibras naturales.
A veces, basta una vela encendida y el silencio del atardecer para que una casa se convierta en hogar.
Y en ese momento, entendemos que el verdadero diseño no está en lo que se ve, sino en lo que se siente.

